El mes pasado, un equipo de biólogos marinos del Centro de Investigaciones Marinas (CIM-UH) y del Centro de Investigación de Ecosistemas Costeros (CIEC) de la Universidad de La Habana logró lo imposible. Una expedición de investigación de arrecifes de coral de dos semanas de duración al Parque Nacional Jardines de la Reina, el área marina protegida más grande del Caribe, zarpó el 4 de diciembre de 2021. Estos intrépidos científicos buscaron establecer una línea de base de la salud de los arrecifes de coral antes de grandes esfuerzos de restauración.

La expedición se planeó originalmente para agosto de 2020. Esto habría coincidido con el evento de desove de coral cuerno de alce, una rara especie constructora de arrecifes del Caribe que hoy en día solo se encuentra en un puñado de lugares remotos como Jardines de la Reina. Sin embargo, desde 2020, un aplazamiento tras otro debido a la pandemia de la COVID-19 tuvo a la expedición pendiendo de un hilo. Cuba, que alguna vez reportó 9,000 casos de COVID por día, ahora tiene menos de 100 casos diarios. Esto es gracias a las agresivas medidas de confinamiento y al desarrollo no de una, sino de dos vacunas cubanas.

La obtención de mediciones precisas de la salud de los corales es fundamental en una época de impactos crecientes del desarrollo humano y el cambio climático.

Los corales son extremadamente susceptibles a este último, ya que los brotes de enfermedades tienden a prosperar en aguas más cálidas. El blanqueamiento de corales, por ejemplo, es directamente atribuible a aguas más cálidas. Los eventos de blanqueamiento alcanzan su punto máximo hacia el final de los meses de verano y devastan los corales hasta la Gran Barrera de Coral. La restauración de corales se consideraba, hasta hace poco, como un esfuerzo radical y de última hora para salvar los corales. Sin embargo, ha sido una de nuestras herramientas más prometedoras para revertir disminución de coral del 50% del coral vivo desde 1950.

Durante la expedición de este mes, los científicos evaluaron el estado de salud de unos asombrosos 29,000 corales.

Además, Noel López, un fotógrafo submarino de renombre mundial y buzo del Centro de Buceo Avalon-Azulmar, que administra las actividades de turismo de SCUBA en Jardines de la Reina, tomó 5,000 fotos y videos de corales y la biodiversidad asociada. Estos serán fundamentales para determinar los cambios a lo largo del tiempo. Incluso un lugar tan aislado como Jardines de la Reina es susceptible al impacto humano y al calentamiento de las aguas.

La línea de base de la salud de los arrecifes de coral, documentada en esta expedición, informará los principales esfuerzos de restauración en 2022 como parte de una subvención de la Fondo de Biodiversidad del Caribe (CBF) Programa de Adaptación con Base Ecológica. La subvención de CBF es fundamental para apoyar esfuerzos de varios años como este, que implican compartir las lecciones aprendidas de restauración de coral con las naciones del Caribe. En Bayahibe, República Dominicana, se planea un importante taller internacional del 7 al 11 de febrero de 2022. Este reunirá a científicos coralinos cubanos y dominicanos para trazar un curso hacia adelante en la implementación de la mejora de corales fusionados sexualmente a gran escala. FUNDEMAR, la Fundación Dominicana para Estudios Marinos, y SECORE International, socio de TOF, serán los anfitriones del taller.

Se realizarán dos expediciones repetidas poco después del taller en Jardines de la Reina, y nuevamente en agosto de 2022.

Los biólogos recolectarán huevas de coral para fusionarlas y usarlas para la replantación en Jardines de la Reina. Jardines de la Reina fue nombrado uno de Parques Azules del Instituto de Conservación Marina el mes pasado, uniéndose a 20 prestigiosos parques marinos de todo el mundo. El esfuerzo de designación de Blue Park está dirigido por Wildlife Conservation Society, Environmental Defense, TOF y varias agencias cubanas. Es una prueba de que la diplomacia científica, mediante la cual los científicos trabajan de la mano para proteger los recursos marinos compartidos a pesar de la tensión política, puede generar datos científicos importantes y lograr objetivos de conservación.

La Fundación Océano y la Universidad de La Habana colaboran desde 1999 para estudiar y proteger los hábitats marinos a ambos lados del Estrecho de la Florida. Las expediciones de investigación como esta no solo están haciendo nuevos descubrimientos, sino que también brindan experiencia práctica para la próxima generación de científicos marinos de Cuba.