Por Mark J. Spalding, Presidente, The Ocean Foundation

Este blog apareció originalmente en National Geographic's Vistas al mar.

Es temporada de migración de ballenas grises en la costa oeste de América del Norte.

Las ballenas grises realizan una de las migraciones más largas de cualquier mamífero en la Tierra. Cada año nadan más de 10,000 millas de ida y vuelta entre las lagunas de crianza de México y las áreas de alimentación en el Ártico. En esta época del año, las últimas ballenas madre están llegando para dar a luz y los primeros machos se dirigen hacia el norte: se han avistado 11 en la primera semana de observación del canal de Santa Bárbara. La laguna se llenará de recién nacidos a medida que la temporada de parto alcance su punto máximo.

Una de mis primeras campañas importantes de conservación marina fue para ayudar con la protección de la Laguna San Ignacio en Baja California Sur, un estuario principal de reproducción y crianza de ballenas grises, y todavía, creo, uno de los lugares más hermosos de la Tierra. A fines de la década de 1980, Mitsubishi propuso establecer una importante salinera en Laguna San Ignacio. El gobierno mexicano se inclinó a aprobarlo por razones de desarrollo económico, a pesar de que la laguna tiene múltiples designaciones como área protegida tanto a nivel nacional como internacional.

Una campaña determinada de cinco años atrajo a miles de donantes que apoyaron un esfuerzo internacional que fue implementado por una asociación que incluía muchas organizaciones. Estrellas de cine y músicos famosos se unieron a activistas locales y activistas estadounidenses para detener las salinas y llamar la atención internacional sobre la difícil situación de la ballena gris. En 2000, Mitsubishi declaró su intención de retirar sus planes. ¡Habíamos ganado!

En 2010, los veteranos de esa campaña se dieron cita en uno de los campamentos rústicos de Laguna San Ignacio para celebrar los 10 años de aquella victoria. Llevamos a los niños de la comunidad local a su primera expedición de avistamiento de ballenas, una actividad que proporciona el sustento invernal para sus familias. Nuestro grupo incluía a activistas como Joel Reynolds de NRDC, que todavía trabaja en nombre de los mamíferos marinos todos los días, y Jared Blumenfeld, que se ha dedicado a servir al medioambiente en el servicio gubernamental.

También entre nosotros estaba Patricia Martínez, una de las líderes conservacionistas de Baja California, cuyo compromiso y empuje la llevaron a lugares que no podría haber imaginado en defensa de esa hermosa laguna. Viajamos a Marruecos y Japón, entre otros lugares, para defender el estatus de Patrimonio Mundial de la laguna y asegurar el reconocimiento mundial de las amenazas que enfrentaba. Patricia, su hermana Laura y otros representantes de la comunidad fueron una parte importante de nuestro éxito y siguen siendo una presencia continua en defensa de otros lugares amenazados a lo largo de la península de Baja California.

Mirando hacia el futuro

A principios de febrero, asistí al Taller de mamíferos marinos del sur de California. Alojado por Fundación Vida del Pacífico en asociación con The Ocean Foundation, este taller se lleva a cabo en Newport Beach cada año desde enero de 2010. Desde investigadores senior hasta veterinarios de mamíferos marinos y jóvenes Ph.D. candidatos, los participantes del taller representan una variedad de instituciones gubernamentales y educativas, así como un puñado de otros financiadores y ONG. El enfoque de la investigación está en los mamíferos marinos en el sur de California Bight, un área de 90,000 millas cuadradas del Pacífico oriental que se extiende 450 millas a lo largo de la costa del Océano Pacífico desde Point Conception cerca de Santa Bárbara al sur hasta Cabo Colonet en Baja California, México.

Las amenazas para los mamíferos marinos son diversas, desde enfermedades emergentes hasta cambios en la química y temperatura de los océanos e interacciones fatales con las actividades humanas. Sin embargo, la energía y el entusiasmo de las colaboraciones que surgen de este taller inspiran la esperanza de que lograremos promover la salud y la protección de todos los mamíferos marinos. Y fue gratificante escuchar lo bien que se está recuperando la población de ballenas grises gracias a las protecciones internacionales y la vigilancia local.

A principios de marzo brindaremos por el 13 aniversario de nuestra victoria en Laguna San Ignacio. Será agridulce recordar esos días embriagadores porque lamento decir que Patricia Martínez perdió su lucha contra el cáncer a fines de enero. Era un espíritu valiente y una apasionada amante de los animales, además de una maravillosa hermana, colega y amiga. La historia del criadero de ballenas grises de Laguna San Ignacio es una historia de protección respaldada por la vigilancia y el cumplimiento, es la historia de la cooperación local, regional e internacional, y es la historia de resolver las diferencias para lograr un objetivo común. El próximo año, por estas fechas, una carretera pavimentada conectará la laguna con el resto del mundo por primera vez. Traerá cambios.

Podemos esperar que la mayoría de esos cambios sean para el bien de las ballenas y las pequeñas comunidades humanas que dependen de ellas, y para los afortunados visitantes que pueden ver de cerca a estas magníficas criaturas. Y espero que sirva como un recordatorio para seguir brindando apoyo y estar atentos para garantizar que la historia de éxito de la ballena gris siga siendo una historia de éxito.