Tres naciones comparten los abundantes recursos del Golfo de México: Cuba, México y los Estados Unidos. Es nuestro patrimonio compartido y nuestra responsabilidad compartida porque también es nuestro legado compartido para las generaciones futuras. Por lo tanto, también debemos compartir conocimientos para comprender mejor cómo administrar mejor el Golfo de México de manera colaborativa y sostenible.  

Durante más de tres décadas he trabajado en México y casi la misma cantidad de tiempo en Cuba. En los últimos 11 años, The Ocean Foundation's Cuba Investigación y Conservación Marina proyecto ha convocado, coordinado y facilitado ocho Iniciativa Trinacional reuniones centradas en las ciencias marinas. Hoy les escribo desde la reunión de la Iniciativa Trinacional 2018 en Mérida, Yucatán, México, donde nos reunimos 83 expertos para continuar nuestro trabajo. 
A lo largo de los años, hemos visto cambios de gobiernos, cambios de partidos y la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, así como la re-normalización de esas relaciones, que a su vez han cambiado las conversaciones políticas. Y, sin embargo, a pesar de todo, la ciencia es constante. 

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Nuestro fomento y fomento de la colaboración científica ha tendido puentes entre los tres países a través del estudio científico conjunto, centrándose en la conservación en beneficio del Golfo de México y en beneficio a largo plazo de los pueblos de Cuba, México y Estados Unidos. 

La búsqueda de evidencia, la recopilación de datos y el reconocimiento de corrientes oceánicas físicas compartidas, especies migratorias y dependencia mutua son la constante. Los científicos se entienden más allá de las fronteras sin política. La verdad no se puede ocultar por mucho tiempo.

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Las relaciones científicas establecidas desde hace mucho tiempo y la colaboración en investigación construyeron una base para sustentar acuerdos internacionales más formales; lo llamamos diplomacia científica. En 2015, estas relaciones especiales se convirtieron en una base más visible para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. La presencia de científicos del gobierno de Cuba y los EE. UU. finalmente condujo al innovador acuerdo de santuarios hermanos entre los dos países. El acuerdo une santuarios marinos de EE. UU. con santuarios marinos cubanos para colaborar en la ciencia, la conservación y la gestión y para compartir conocimientos sobre cómo gestionar y evaluar las áreas marinas protegidas.
El 26 de abril de 2018, esta diplomacia científica dio un paso más. México y Cuba firmaron un acuerdo similar de colaboración y un programa de trabajo para el aprendizaje y el intercambio de conocimientos sobre áreas marinas protegidas.

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Paralelamente, en The Ocean Foundation firmamos una carta de intención con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) de México para cooperar en el proyecto del Gran Ecosistema Marino del Golfo de México. Este proyecto con visión de futuro está destinado a fomentar redes regionales adicionales para la ciencia, las áreas marinas protegidas, la gestión de la pesca y otros elementos de un Golfo de México bien gestionado.

Al final, para México, Cuba y los EE. UU., la diplomacia científica ha servido bien a nuestra dependencia compartida de un Golfo saludable y nuestra responsabilidad compartida con las generaciones futuras. Al igual que en otros espacios silvestres compartidos, los científicos y otros expertos han ampliado nuestro conocimiento a través de la observación de nuestro entorno natural, afirmaron nuestra dependencia de nuestro entorno natural y reforzaron los servicios ecosistémicos que brinda a medida que intercambian información dentro de las fronteras naturales a través de las fronteras políticas.
 
¡La ciencia marina es real!
 

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Créditos fotográficos: Alexandra Puritz, Mark J. Spalding, CubaMar